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Una simple jugada cambió todo para la reconocida jugadora Hillary Corrales, hace algunos meses. Razón por la cual tuvo que salir de las canchas temporalmente.
 
"Sentí que mi mundo se venía abajo lloré, no de dolor si no que de frustración no quería salir así no más; bueno me toco salir no había marcha atrás".
 
"Me llevaron al hospital para hacerme una placa, fue ahí donde me di cuenta que me había fracturado al tibia derecha, me pusieron yeso un día antes de volver a Costa Rica, sin ganas de comer, sin dormir nada, el yeso me pesaba y mi cabeza que no dejaba de pensar en mil cosas".
 
"Con los días acepté que esta lesión ha sido la más grave que he tenido y ahí fui poco a poco".
 
Sin embargo, esa realidad cambió para devolverle la sonrisa a Corrales.
 
A partir de esta semana, durante la jornada #6 del Torneo de Apertura de la Liga Promérica, la joven delantera vuelve a sumar minutos en cancha con su club Dimas Escazú, con un objetivo muy claro, recuperar el nivel en el que se encontraba y superarlo.
 
El trabajo del equipo de Dimas Escazú en el proceso de rehabilitación, gimnasio, terapia, la readaptación al entrenamiento en la cancha y por supuesto, apoyo emocional de sus compañeras y cuerpo técnico, fueron clave para el reingreso de Corrales a las canchas.
 
"Volver siempre será mi felicidad", recalcó.
 
 
 
 
Visto por Carolina Abarca a las 10:00