La tecnología Near Field Communication (NFC, o comunicación de campo cercano) está revolucionando la interacción con el mundo, desde pagos sin efectivo hasta el control de dispositivos inteligentes. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, comparte los puntos principales para conocer su nivel de seguridad y saber cómo protegerse de los posibles riesgos.

Esta tecnología permite la transmisión inalámbrica de información entre dispositivos cercanos y tiene una amplia gama de utilidades. Basada en la identificación por radiofrecuencia (RFID, por sus siglas en inglés), tuvo su origen a principios de los 2000.

Para entender cómo funciona la comunicación entre dispositivos mediante NFC, es necesario distinguir dos modos en los que se pueden vincular. Uno activo, donde ambos dispositivos generan su propio campo electromagnético, lo que les permite intercambiar datos por turnos. Por el otro lado, el pasivo, donde un dispositivo genera el campo magnético, mientras que el otro responde. En este caso, el dispositivo generador lee la información del otro. El dispositivo pasivo cuenta con un chip que detecta el campo electromagnético, utiliza su energía para encenderse y luego enviar los datos. Por ejemplo, los tags son pequeños dispositivos que contienen un chip con tecnología NFC que puede ser leído por dispositivos compatibles. Estos pueden contener y ser programados para diferentes tipos de datos, como direcciones web, información de contacto, o comandos para realizar acciones en un dispositivo móvil.

Además de los pagos, desde el equipo de ESET explican que esta tecnología que se está implementando en distintos ámbitos, entre los que se incluyen:

 

·       Control de acceso: Utilización de tarjetas o dispositivos móviles NFC para acceder a edificios, habitaciones de hotel, eventos, etc.

·       Intercambio de información: Compartición rápida de información entre dispositivos, como contactos, enlaces web, fotos, videos, etc.

·       Transporte público: Uso de tarjetas o móviles para pagar el transporte público.

·       Etiquetas inteligentes: Etiquetas NFC incorporadas en productos para proporcionar información adicional, como características del producto y promociones.

·       Autenticación y seguridad: Uso de dispositivos NFC para autenticar usuarios en sistemas de seguridad, como llaves electrónicas para vehículos o sistemas de seguridad en el hogar.

·       Interacción con dispositivos IoT: Control de dispositivos del Internet de las cosas (IoT), como luces, termostatos, cámaras, etc., a través de dispositivos móviles habilitados con NFC.

 

Según comenta el equipo de investigación de ESET Latinoamérica, la tecnología NFC se considera mayoritariamente segura por distintas razones. Por un lado, la corta distancia de comunicación, ya que la comunicación NFC se produce a distancias muy cortas, generalmente de unos pocos centímetros, lo que dificulta la interceptación. A eso se le suma la necesidad de autenticación, donde muchas implementaciones de NFC requieren que el usuario autorice la comunicación tocando activamente los dispositivos NFC, reduciendo el riesgo de acceso no autorizado. A su vez, cuenta con protocolos de seguridad, por ejemplo los protocolos de autenticación como ISO/IEC 14443 e ISO/IEC 18092, que garantizan que los dispositivos involucrados en la comunicación sean legítimos. También incluyen medidas para proteger contra ataques de intermediarios, como el uso de autenticación de dos factores o tokens de sesión.

 

Asimismo, como con cualquier tecnología, existen algunos riesgos potenciales asociados con NFC. Por un lado, el Malware NFC que puede alojarse en etiquetas NFC y transferirse a dispositivos vulnerables. El Sniffing NFC, donde los atacantes pueden usar dispositivos especiales para interceptar comunicaciones NFC. Otro de los riesgos es el robo de datos, si un dispositivo NFC se pierde o se roba, los datos almacenados en él podrían ser vulnerables.

 

Para mitigar estos riesgos, desde ESET Latinoamérica recomiendan:

    Descargar aplicaciones NFC de fuentes confiables.
    Mantener el software de los dispositivos actualizado.
    Utilizar contraseñas seguras para proteger los dispositivos NFC.
    Estar atento a actividades inusuales en los dispositivos NFC.
    Evitar tocar etiquetas NFC desconocidas.
    Contar siempre con una solución de seguridad instalada y actualizada.

 

“NFC es una tecnología versátil y segura que ofrece una amplia gama de posibilidades. Al ser conscientes de los riesgos potenciales y tomar las precauciones adecuadas, se pueden aprovechar al máximo los beneficios de NFC”, concluye Fabiana Ramírez, investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.

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