Por su familiar Fanny Ramírez Esquivel:

De mirada noble y sencilla. Hoy nos deja un hombre de familia que sirvió a la comunidad de Escazú con voluntad y entrega. Rigoberto Ramírez Naranjo, un hombre de gesto amable que compartió su talento y su don de servicio con todas las personas que lo conocieron. 


Practicaba durante la semana los cantos de la iglesia con su violín para regalarle a toda la comunidad la bella melodía de ese hermoso instrumento que volvió a tocar a los cincuenta y tantos años. 


Entregado a su esposa, la señora Wiria Esquivel, con quien cumplió este año 48 años de vida matrimonial ejemplar. Dedico su vida laboral a una pequeña empresa, ese Taller que mantenía impecablemente ordenado con cada tornillo y herramienta clasificada. Trabajo muy duro toda su vida para ver a sus hijas realizarse profesionalmente y fue un abuelo ejemplar. Hoy orgullosamente toda su familia  estuvo a su lado hasta el último momento. 


De paso lento, en sus últimos días y sonrisa afable y gentil, Rigo, como le llamaban sus amigos, disfrutaba de hacer bromas con Ceiba y a sus familiares. 
Disfruto su vida, practicó deporte, siempre con voluntad de servicio, siendo ejemplo para su familia y amigos cercanos. 


Hoy ya no nos acompaña físicamente, pero los recuerdos y anécdotas siempre van a estar presentes con quienes tuvimos la dicha de conocerlo. 
Desde hace cinco años luchaba contra el cáncer y como siempre fue un hombre valiente que entregó lo mejor de sí mismo. 


Estaremos acompañando a su familia en la Capilla de Camposanto La Piedad a partir de las 4 a.m. para posteriormente pasar a la misa 27 de setiembre a las 11 a.m. en la Iglesia de San Miguel de Escazú.