Actualmente, los centros de datos consumen más del 2% de la electricidad global. Con la tasa de crecimiento actual, se prevé que para el 2030, estas instalaciones demandarán el 8% de la energía total generada a nivel mundial y la industria de las comunicaciones utilizará hasta un 20% de la energía eléctrica para 2025.
Si bien, la energía verde es ya una prioridad en el despliegue de centros de datos eficientes energéticamente en buena parte del mundo corporativo, surge la posibilidad de optimizar ese tráfico de información aumentando el despliegue de soluciones Edge, que podría ser la respuesta a estas interrogantes. La idea fundamental detrás de esta posible solución a la polución de datos informáticos es almacenar y administrar ese cúmulo de información localmente. A gran escala, esta estrategia podría reducir drásticamente el consumo de energía y las emisiones de carbono.
Según la definición de IDC, Edge Computing es una red de malla de microcentros de datos que procesan o almacenan datos críticos localmente y empujan todos los datos recibidos a un centro de datos central o repositorio de almacenamiento en la nube.
El Edge Computing tiene diferentes ventajas que pueden ayudar a las organizaciones a disminuir la huella de carbono. Entre ellas reducción en la latencia. El procesamiento de datos más cerca de la fuente donde se crearon puede reducir la latencia y, por consiguiente, también la energía necesaria para el funcionamiento de los equipos en la red.
Así como hacerla más eficiente, al tener un espacio restringido en el borde, el diseño de equipos de almacenamiento, red y respaldo de energía se optimiza, lo cual hace que se necesite menos espacio y por consiguiente menos uso de energía para el procesamiento de información.
La energía verde es otra ventaja, por la naturaleza del edge computing, la cual sirve para diferentes industrias y en diferentes espacios geográficos la hace más apta para el despliegue de proyectos con alternativas de energía renovable, como la energía solar o la eólica.
Además, permite la gestión inteligente. La computación al borde tiene un papel clave en el soporte de aplicaciones de redes inteligentes, como la gestión de la demanda y la optimización de la red. En algunos casos, puede ayudar a administrar la energía monitoreando a través de sensores el uso en tiempo real y tomar medidas preventivas de uso de energía en la red.
Y promueve la reutilización de hardware. Con la infraestructura adecuada se puede reutilizar diferentes dispositivos (retrofitting) que actualmente se están subutilizando, disminuyendo con esto la generación de residuos electrónicos.
Ante este escenario, el despliegue en LATAM de soluciones Edge podría ayudar a diferentes empresas a resolver sus necesidades de eficiencia energética en centros de datos y redes convergentes. Forza cuenta con los elementos necesarios para el desarrollo del edge con equipos especializados en el respaldo para el espacio restringido del Edge y que permiten escalar, así como una gestión remota. Para conocer más puede ingresar a www.forza.com