El Tribunal Supremo de Elecciones comunicó que como una forma más de blindar el proceso electoral que tendrá lugar el 3 abril de este año, dispuso que las dos agrupaciones que aspiren a la Presidencia y Vicepresidencias de la República, puedan acreditar más fiscales a más tardar el próximo 7 de marzo.
Para las elecciones celebradas en febrero pasado, participaron cerca de 70 mil fiscales partidarios, cifra record en un proceso electoral. En la segunda ronda, estas personas tendrán nuevamente la posibilidad de realizar esta labor de vigilancia, aún cuando su partido no participe en la próxima contienda.
Aunado a lo anterior, durante el escrutinio definitivo de votos –realizado en el TSE- las agrupaciones inscribieron 120 fiscales, lo que garantiza un proceso absolutamente transparente, expuesto ante los ojos de múltiples testigos, quienes conforman parte de los eslabones de las medidas de seguridad del proceso democrático costarricense.
Otra medida de seguridad lo constituyen los diferentes agentes electorales que desarrollan y blindan el proceso comicial. Es así como aún cuando en el TSE laboran alrededor de 2 mil funcionarios, el pasado 6 de febrero, día de las elecciones, cerca de 100 mil agentes electorales (70 mil fiscales, 8 mil integrantes de juntas receptoras de votos, 15 mil auxiliares electorales, 915 delegados ad honorem del TSE, entre otros) blindaron el proceso. Esto significa que, en Costa Rica, los comicios son desarrollados y vigilados por el pueblo costarricense, cuyo ejercicio ciudadano es motivo de múltiples reconocimientos alrededor del mundo.
Transparencia y seguridad del TSE es reconocida mundialmente
Existen numerosas razones que garantizan la transparencia y garantías que brinda el TSE del respeto a la voluntad popular, las cuales son un referente mundial.
Así ha sido por más de 7 décadas, ubicándose siempre en los mejores niveles de confianza de todos los costarricenses, con innumerables reconocimientos de misiones de observación nacional e internacional.
La rigurosidad, pulcritud y excelencia con que se organiza un proceso electoral, provocan admiración en todo el mundo; prueba de esto es el reconocido Índice de Integridad Electoral (EPI), elaborado por las Universidades de Harvard y Sidney, donde colocaron en el primer lugar del continente americano a Costa Rica y en el noveno puesto a nivel mundial. (www.electoralintegrityproject.com,2019).
El diario “The Economist”, ubica al país en la posición 20, destacando entre las democracias más plenas de todo el mundo, reconocimiento que da fe a los y las ciudadanas libres, de que su voto cuenta. (www.eiu.com/n/campaigns/democracy-index-2021,2022).
Seguridad del proceso electoral
Como prueba de la extrema seguridad que caracteriza a las elecciones en Costa Rica, a continuación, se destacan cada uno de los múltiples controles cruzados que ofrece el TSE:
- Impresión de papeletas: Este material (que en otros países se envía hasta por correo postal) contiene diferentes tramas de seguridad y durante el proceso de impresión tiene una vigilancia 24/7 por la Fuerza Pública, funcionarios del TSE y un circuito cerrado de televisión.
- Empaque y distribución: Se empaca todo el material y documentación electoral dentro de la tula, la cual lleva incluido un chip para rastrear su salida y regreso a la institución. Ese saco de material va cerrado con un marchamo de seguridad y transportado en camiones, con GPS para seguir su recorrido.
- Entrega de material a los ciudadanos: 15 días antes de las elecciones, ese material y documentación tiene que estar en manos de las juntas cantonales y una semana antes a los integrantes de las juntas receptoras de votos (JRV). En esta etapa, se abre la tula rompiendo el marchamo de seguridad, se revisa que toda la documentación esté completa, que la cantidad de papeletas sea exactamente la que corresponde a la cantidad de electores inscritos en esa mesa de votación. Finalmente, ahí se llena un acta en presencia de los diferentes representantes de partidos políticos y demás agentes electorales, posteriormente, le vuelven a colocar otro marchamo de seguridad a la tula.
- Ciudadano custodia el material: Pasada esa etapa, la persona responsable de esa documentación electoral, se lleva la tula para su casa (tal y como ha sido por más de 70 años) y el día de la elección, en la mañana, antes de abrir la JRV, vuelven a romper el marchamo de seguridad y revisan que todo esté completo, de acuerdo con lo detallado en el acta que se elaboró en la primera revisión (8 días antes), incluyendo que la cantidad de papeletas sea la exacta. En ese momento, firman el “Acta de Apertura de la Votación” los integrantes de JRV, los fiscales (en ambos casos propuestos por los partidos políticos) y los auxiliares electores.
- Durante la jornada electoral: A lo largo del día, hay otra serie de medidas para garantizar la pulcritud de la recepción del voto, por ejemplo; las papeletas deben estar firmadas al dorso por los integrantes de mesa, con ello se garantiza cualquier filtración externa. Una papeleta sin al menos una firma de un miembro de mesa equivale a un voto nulo.
Otro mecanismo de control es, el uso único de un documento de identidad emitido por el mismo organismo electoral, que los miembros de mesa contrastan con el rostro de la persona y un padrón fotográfico que tienen todas las JRV, y que cada elector tiene que firmar antes de votar.
- Padrón electoral depurado: Es tal la actualización del padrón electoral que, incluso el mismo fin de semana de las elecciones, funcionarios del Registro Civil realizan un chequeo por todos los hospitales del país para lograr excluir del padrón electoral las defunciones ocurridas. Esta información se coloca en la página web del TSE para consulta de integrantes de JRV y ciudadanía en general.
- Fiscalización durante el conteo de votos: Este proceso le da una mayor garantía a cada partido político, ya que concluida la jornada el día de las elecciones (a las 6:00 p.m.), se inicia el conteo de votos en presencia de los fiscales de todos los partidos políticos, observadores nacionales e internaciones y medios de prensa que así lo hubiesen solicitado. Finalizada esa labor, se llena una certificación con los resultados donde se contabilizan cuántas papeletas sobrantes, cuántas papeletas en blanco, cuántas papeletas nulas y cuántos votos obtuvo cada una de las agrupaciones partidarias, la firman todos los presentes, dando fe de que fueron testigos del resultado. Además, esa certificación es escaneada y subida al sitio web del TSE, disponible para ser consultada por cualquier ciudadano. Adicionalmente, de esa certificación, cada fiscal partidario se lleva una copia. Debido a eso, se puede entender cómo -a este momento- no se ha presentado ninguna demanda de nulidad.
- Regreso de las papeletas: Luego de finalizada la jornada electoral, esa misma noche, toda la documentación es remitida a la sede central del TSE (aunque en muchos países, como Panamá, que es una democracia muy sólida, una vez que en el aula cuentan y documentan el resultado de esa votación, llevan las papeletas al patio de la escuela o centro de votación y le prenden fuego).
- Escrutinio definitivo: (2 días después de las elecciones), se vuelve abrir el saco (siendo que regresa igual que como salió de las instalaciones del TSE, con marchamo de seguridad). Aquí inicia el escrutinio definitivo de votos realizado en el TSE que, para esta ocasión, es un recuento papeleta por papeleta, a cargo de las magistradas y magistrados del TSE y bajo la mirada de los 120 fiscales partidarios acreditados para tal fin. Este proceso se transmite por el canal de YouTube del TSE, disponible para que cualquier ciudadano que así lo desee lo pueda ver.