Según datos de la Policía de Tránsito, se prevé que los accidentes de tránsito se tripliquen durante el inicio de las primeras lluvias de este año. Además, es común observar un aumento de hasta un 20% en colisiones y otros incidentes en carretera durante la temporada lluviosa.
Durante esta época, los conductores se enfrentan a una serie de riesgos que pueden poner en peligro su seguridad en la carretera. La pérdida de tracción debido a las carreteras mojadas aumenta la posibilidad de derrapes y pérdida de control del vehículo, mientras que el fenómeno del aquaplaning (fenómeno que tiene lugar cuando un vehículo cruza una superficie mojada, un charco o una vía con exceso de acumulación de agua, y los neumáticos pierden adherencia), puede causar que los neumáticos pierdan contacto con el pavimento, especialmente a altas velocidades.
La reducción de la visibilidad causada por la lluvia intensa dificulta ver otros vehículos, señales de tráfico y obstáculos en la carretera, aumentando el riesgo de colisiones. Los charcos profundos pueden causar hidroplaneo, lo que resulta en una pérdida de control del vehículo.
Además, las carreteras mojadas requieren una distancia de frenado más larga, lo que aumenta el riesgo de colisiones traseras y choques en general. Las inundaciones repentinas pueden atrapar a los conductores y causar daños en los vehículos, mientras que los deslizamientos de tierra en regiones montañosas o con suelos inestables representan un peligro adicional para los conductores en la temporada de lluvias. También, se incrementa la fatiga del conductor que debe circular prestando más atención.
Para evitar accidentes en carretera se recomienda:
Revisión del estado de llantas: Deben de tener al menos un taco de 2 mm. Asegurarse que están en buen estado garantiza el buen frenado con carretera mojada.
Buen estado de las escobillas: Asegurarse de que las escobillas del limpiaparabrisas funcionen adecuadamente. Es esencial verificar el estado y reemplazarlas en caso de que estén desgastadas. La visibilidad del conductor durante las lluvias reduce el estrés y la fatiga al conducir.
Funcionamiento de las luces: Verificar que todas las luces del vehículo funcionen correctamente, las delanteras, traseras, intermitentes y las de freno.
Portar el kit ley: Ante una situación en carretera, es importante contar con el kit que exige la ley, incluyendo el extintor, la gata, los triángulos, los cables, etc. Revisar que todo se encuentre en óptimas condiciones.
Verificar los niveles de los líquidos del vehículo: Antes de emprender un viaje, se debe revisar el líquido refrigerante, el de los limpiaparabrisas, el de frenos, y rellenarlos en caso de ser necesario.
Además es importante;
Verificar el estado de los frenos y reemplazarlos si es necesario: Los frenos en buen estado son esenciales para detener el vehículo y más en condiciones de carretera mojada.
Revisar la suspensión y la dirección del vehículo: Para garantizar un manejo seguro en carreteras mojadas y evitar derrapes.
Revisar el estado de la batería: Los conductores generalmente no hacen chequeos preventivos del estado de la batería y la forma en que se dan cuenta es cuando el vehículo ya presenta señales de fallas como el arrancado del mismo, es por ello, que se insta a la población a no quedarse varado en carretera y revisar el estado correcto de la baterías. La vida de las baterías van desde un año hasta los dos años, según la garantía del fabricante.
Reemplazar aquellas piezas que pueden comprometer la seguridad en carretera: Solo un experto es capaz de detectar aquellas piezas que están desgastadas o requieren de un cambio inmediato. Hay partes del vehículo que no se ven a simple vista, por lo que se requiere la visita de un centro de servicio automotriz.
Quizás muchos conductores se preguntan cuáles son las piezas más susceptibles de un vehículo durante la temporada lluviosa. La exposición continua a la humedad y al agua puede desencadenar una serie de problemas en el vehículo. Estos incluyen la corrosión en la carrocería, el chasis, los componentes eléctricos y los sistemas de escape, lo que potencialmente podría ocasionar daños estructurales y una reducción en la vida útil de estos elementos. Además, pueden surgir cortocircuitos, fallos en los sistemas de encendido, problemas con las luces y un mal funcionamiento de los sistemas de seguridad. Los neumáticos experimentan un desgaste acelerado, y la eficacia de los frenos se ve afectada.
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