Vuelven las clases presenciales y con ellas aumenta la ansiedad de los estudiantes por los desafíos del curso lectivo en medio de la pandemia.
La buena noticia es que es posible disminuir la inquietud de escolares y colegiales con planificación, comunicación y pautas de seguridad tras dos años bajo diversas modalidades educativas.
“El inicio del ciclo escolar siempre representa un reto y el proceso de adaptación va acorde con la edad del estudiante”, señala la psicóloga Ana María Fallas, del Área de Salud de Santa Ana, administrada por COOPESANA R.L.
Fallas agrega que hay menores en los primeros años escolares que no han asistido al sistema educativo presencial y solamente experimentado modelos virtuales, por lo cual necesitan tiempo y apoyo para socializar con sus compañeros y ajustarse a la dinámica escolar.
El inicio del curso lectivo representa un cambio no solo para el estudiante sino para todo el núcleo familiar, ya que deben ajustar los horarios, el presupuesto y crear nuevas rutinas de seguridad.
A continuación, la psicóloga Ana María Fallas brinda algunas claves para que el regreso a las aulas sea un éxito:
- Control del estrés. Es importante bajar los niveles de tensión horas antes de llegar al centro educativo para tener un buen desempeño en el aula. Para ello, es necesario implementar hábitos simples como dejar listo lo que se utilizará un día antes de ir a la escuela, levantarse temprano y evitar las discusiones en casa.
- Planificación. Tanto padres de familia como estudiantes deben saber cuáles son las tareas, los horarios de estudio e incluso el tiempo disponible para el ocio. Un cronograma es un aliado para evidenciar las actividades que se necesitan para enfrentar mejor los cambios en la carga escolar al pasar a la presencialidad.
- Pautas de seguridad. Las escuelas y colegios cuentan en su mayoría con protocolos que se pueden comentar en casa e inculcar las medidas sanitarias, en medio de la pandemia.
Se aconseja a los padres de familia hablar con la verdad a sus hijos, según su edad, sobre los riesgos que implica la COVID-19.
- Comunicación. No dar por sentado que todos en casa manejan la misma información y que los hijos saben lo que se espera de ellos.
Es necesario hablar con claridad sobre los cambios que implican volver a la presencialidad y los roles que cada quien debe asumir, lo que disminuye la ansiedad porque se sabe que esperar. Además, de sacar tiempo para que los estudiantes puedan expresar sus temores, preocupación o situaciones que los hace sentir cómodos y seguros.
- Involucramiento. Si los alumnos sienten apoyo de las personas que están a su alrededor el proceso de adaptación será más sencillo. De ahí, la importancia de que los padres o encargados del menor se involucren en el regreso a clases, por ejemplo, conociendo a los maestros y profesores y dejando abiertos canales de comunicación.
- Concentrarse en el presente. La ansiedad se relaciona principalmente con el temor de algo que puede ocurrir y que representa un peligro para su bienestar. El secreto radica en enfocarse en el aquí y ahora, en lugar de lo que podría suceder de esa forma será más fácil hacerle frente al día.
- Salud mental en familia. Es necesario que tanto los estudiantes como las familias tengan momentos de esparcimiento y realicen actividades de autocuidado, por ejemplo, ejercicio para el beneficio físico o mental.
Por último, la psicóloga Fallas, del Área de Salud de Santa Ana, aconseja a los padres de familia soltar aquello que no está bajo su control y enfocarse en aquellas situaciones que están en sus manos, por ejemplo, no pueden eliminar la pandemia, pero sí implementar medidas sanitarias seguras al ir al centro educativo.