Comprar, transmitir contenido de video, administrar cuentas bancarias, socializar con amigos y familiares, compartir fotos, hacer seguimiento de nuestro estado físico e incluso hablar con especialistas médicos a través de una gama de aplicaciones innovadoras y fáciles de usar.

Es posible a través de una variedad de dispositivos, desde una PC doméstica hasta tabletas, teléfonos inteligentes y dispositivos portátiles. Un estudio estimó que en Reino Unido se pasan un promedio de cinco horas diarias en conexión a las pantallas, sin incluir el tiempo de trabajo. Además, encontró que las personas de 16 a 24 años pasan más de 2,500 horas al año solo en Instagram. 


ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, advierte que todo esto tiene implicaciones para la seguridad. A medida que aumenta el número de contraseñas, dispositivos y cuentas, nuestra capacidad para realizar un seguimiento de todos estos activos digitales disminuye. En ocasiones terminamos recurriendo a soluciones rápidas pero poco seguras, como reutilizar    contraseñas, lo cual solo empeora las cosas. Otros incluso pueden ignorar las advertencias de seguridad por completo sin que esto les importe. 
 
“En el trabajo, el error humano es responsable de aproximadamente el 82% de todas las filtraciones de datos corporativos. Pero la misma complacencia y falta de conocimientos de seguridad también puede tener consecuencias en nuestra vida personal, poniendo en riesgo nuestros datos y dispositivos.

Una investigación descubrió 24 mil millones de combinaciones robadas de nombre de usuario/contraseña circulando en los mercados clandestinos de la dark web en 2022. En resumen, debemos mejorar la gestión de los riesgos de seguridad, y eso comienza con la comprensión y mitigación de los impactos más comunes del error humano”, comenta Martina Lopez, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.  
 
Los principales errores de seguridad digital a evitar según ESET, son: 
 
1. Hacer clic en enlaces y abrir archivos adjuntos en mensajes no solicitados: También conocidas como phishing, estas misivas pueden viajar por correo electrónico, mensajes de texto, redes sociales o servicios de mensajería como WhatsApp. Por lo general, falsificarán a un remitente legítimo como un banco y requerirán una respuesta urgente del destinatario. Estos mensajes generalmente conducirán a una descarga encubierta de malware, o de lo contrario buscarán que la potencial víctima entregue información personal confidencial y posiblemente financiera. Siempre mantenerse escéptico de los mensajes no solicitados y no hacer clic en enlaces ni abrir archivos adjuntos en ellos. Ante la duda, 
contactar por otro medio al remitente y consultar si el mensaje que se recibió es legítimo. 
 
2. Omitir actualizaciones: Mantener actualizada la computadora y el resto de los dispositivos que se utilizan es fundamental para la seguridad. A través de las actualizaciones los fabricantes lanzan parches para corregir una vulnerabilidad de seguridad específica que los cibercriminales aprovechan para atacar dispositivos y cuentas. Vale la pena tener activadas las actualizaciones automáticas para el sistema operativo, navegadores, aplicaciones y software instalado. 
 
3. Conectar dispositivos USB de terceros: Los medios extraíbles pueden no ser tan populares como lo fueron hace varios años. Después de todo, aumentó considerablemente el almacenamiento en la nube para transferir datos. Sin embargo, todavía puede ser un transmisor eficaz de malware si se conecta a una máquina. Para empezar, nunca conectar a un equipo una memoria   USB   que   no   sea   de   tu   propiedad. 
 
4. Uso y reutilización de contraseñas débiles: Es uno de los errores de seguridad más comunes que cometen los usuarios. Las contraseñas débiles son cortas y fáciles de adivinar    o descifrar para los cibercriminales. Con esta información, los atacantes intentarán secuestrar una cuenta en particular y cualquier otra con la que se compartan las mismas credenciales. Las contraseñas, o incluso mejor, las frases de  contraseña,  deben ser largas, seguras y únicas. Es clave utilizar un administrador     de 
contraseñas para mantenerlas seguras. 
 
5. No activar la autenticación en dos pasos (2FA): Se utiliza para agregar una capa extra de seguridad aparte de las contraseñas. Con la autenticación en dos pasos se añade un segundo “factor”, que puede ser desde un código SMS hasta un escaneo facial, que dificultará a los cibercriminales acceder a una cuenta por más que tengan la contraseña. 
 
6. No hacer una copia de seguridad (backup): Realizar copias de seguridad es otro de los hábitos de seguridad básicos y esenciales que muchos de  usuarios descuidan. Eso puede causar problemas si los cibercriminales logran acceder y cifrar los datos, como es en el caso de una infección con ransomware. Hacer copias de seguridad de forma regular y mantener una de estas copias sin conexión a internet puede ser de gran ayuda ante cualquier pérdida accidental de datos. 
 
7. Usar y compartir dispositivos de trabajo para uso personal: La nueva era del trabajo remoto e híbrido significa que muchos de nosotros ahora pasamos más tiempo trabajando desde casa. Esto hace que sea más tentador usar    el    dispositivo    corporativo    para    tareas    personales, como realizar compras, descargas de Internet, juegos o contenido de plataformas de streaming. Esto podría poner en riesgo al empleador, ya que si un dispositivo se infecta con malware los cibercriminales pueden acceder a las redes y 
aplicaciones corporativas. Tratar de separar el trabajo y el juego utilizando los dispositivos corporativos solo para tareas laborales.  
 
8. Ser complaciente: Uno de los mayores desafíos con la seguridad es que es probable que los usuarios piensen que todo está bien, hasta que sea demasiado tarde. Se confía en las empresas con las que se intercambian datos y en los proveedores de tecnología cuyos productos se utilizan todos los días. Pero eso puede generar una falsa sensación de seguridad. Tomarse el tiempo para mirar la configuración de seguridad de los dispositivos y estar informado sobre los principales riesgos y cómo gestionarlos. 
 
9. No utilizar software de seguridad en todos los dispositivos: Muchos aprecian utilizar un software de seguridad de buena reputación. Pero, ¿cuántos lo han instalado en todos sus dispositivos? A menudo los smartphones y tablets están más expuestos a malware oculto en sitios web, en mensajes de phishing y en aplicaciones móviles. Las vidas digitales son cada vez más importantes y se deben proteger dando a la seguridad digital el tiempo y la atención que merece. Encontrar un proveedor en el  se confíe y asegurarse de que todos los equipos y dispositivos estén protegidos.

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