Ante una serie de denuncias de la sociedad civil e indicios sobre irregularidades, el día de ayer, mediante un operativo, la Fiscalía Ambiental (MP), el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) por medio del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), decomisaron dos jaguares que se encontraban en cautiverio, en una finca ganadera en Río Cuarto de Alajuela. Los dos animales son objeto de causas investigadas por la Fiscalía Ambiental.
El SINAC-MINAE bajo la potestad legal conferida procedió al decomiso de los dos animales, los cuales estaban enjaulados en una finca ganadera de la zona.
Los veterinarios del Hospital de Especies Menores y Silvestres de la Universidad Nacional procedieron a anestesiar a los dos animales para hacer una revisión del estado de su salud, condición física y colocarlos en las jaulas de transporte para ser llevados a un Centro de Rescate autorizado para su valoración en detalle. Además, se les colocó un microchip subcutáneo a cada uno que permite la individualización e identificación única a nivel mundial de estos animales en peligro de extinción.
Es importante considerar que, la anestesia de un ser vivo es un procedimiento de alto riesgo, por lo que se consideró un mecanismo ya probado y ejecutado por personal con amplia experiencia en este tipo de casos.
Los animales iniciarán un proceso de cuarentena y valoración técnica científica a cargo de profesionales especializados. Estas evaluaciones técnicas permitirán determinar la condición de los animales, sus posibles opciones de manejo y cómo podrán aportar a la conservación de otros felinos silvestres.
La fauna silvestre es de los costarricenses, por ende, el Estado debe de garantizar su conservación y el manejo técnico para las presentes y futuras generaciones.
Los animales silvestres son piezas fundamentales de los ecosistemas pues mantienen procesos ecológicos vitales; al ser removidos de su hábitat para ponerlos en cautiverio, se impide que desarrollen los roles ecológicos que tienen. Además, el no poder manifestar sus comportamientos naturales en una jaula, les ocasiona estrés y sufrimiento.
El deterioro de los ecosistemas y sus servicios esenciales reduce la calidad de vida de las personas, por eso el mantenimiento de los procesos ecológicos es un deber de los ciudadanos y el Estado para garantizar los beneficios que nos proveen de manera justa para todos los sectores de la sociedad civil.