RubenTop Feb 2022

En ocasiones, los usuarios se quejan de que un oficial de Tránsito pasó frente a un lugar donde había vehículos mal estacionados y siguió de lejos, en otras circunstancias la queja radica en que “no los ven regulando” en un cruce conflictivo o estaban ahí y en el peor momento de congestión se fueron, “seguro a comer”.


Sin embargo, en muchas ocasiones, el que un oficial siga su camino o se retire de un punto de control radica en el llamado para que atienda un percance vial. En lo que va del año, los poco más de 600 oficiales disponibles en tres turnos han atendido 42.743 accidentes, lo que implica que se despacha recurso humano cada 7 minutos, en promedio, con corte a julio pasado.


Bajo estas cifras, el subdirector de la Policía de Tránsito, Martín Sánchez Agüero, quiso hacer ver a los ciudadanos que no es incumplimiento de deberes de los oficiales; por el contrario, su abandono de puesto, por ejemplo, se puede deber a saturación de tareas, atendiendo accidentes.


“También es vital comprender que el oficial debe desplazarse al sitio del percance; a veces, por los propios congestionamientos, tardan en ir y regresar, más el tiempo de atención del incidente que no suele tardar menos de 30 minutos. Cuando hay heridos y situaciones más graves o en zonas del país donde el llamado implica un desplazamiento mayor, los tiempos aumentan”, detalló el funcionario.


Mencionó, asimismo, que en ocasiones el percance es mínimo, un raspón, etc., y los involucrados, a quienes les asiste ese derecho, prefieren llamar a la Policía de Tránsito en lugar de conciliar y esa decisión suele saturar la demanda de atención por parte de los oficiales.


Por otro lado, la situación se agrava cuando los accidentes ocurren en horas pico, algo que tiene lógica al aumentar la flota vehicular y el estrés al conducir, y eso obliga a distraer recurso humano de cruces viales conflictivos. Es decir, por un lado, aumenta el congestionamiento en el lugar del accidente y, por otro, aumenta la complejidad vial en el punto que el oficial tuvo que abandonar la regulación.


Con el propósito de mejorar el servicio, en junio anterior se incorporaron 58 nuevos oficiales, pasando de 624 a 682 e inició la fase final de capacitación de un total de 30 nuevos cadetes que entrarían en servicio el próximo mes de setiembre. 


Dicho diferente, este mismo año se tendrían más de 700 oficiales en servicio y en junio pasado también arrancó el proceso formativo, de 9 meses, para otros 18 oficiales; así las cosas, en un año, la fuerza laboral de la Policía de Tránsito aumentaría en un 17%, llegando incluso a los 730 colaboradores, respecto a lo que se tenía a mitad de este 2025.