RubenTop Feb 2022

Que por cómo anda vestida, porque andaba sola, porque se metió a un callejón muy oscuro, porque tenía parejas ocasionales, porque fue infiel, porque si se hubiera ido directo para la casa no le hubiera pasado nada, porque si estuviera metida en la casa limpiando y cocinando estaría viva, porque, porque, porque… porque NADA justifica la violencia y menos acabar con la vida de una mujer.

El machismo daña, el machismo destruye, el machismo mata.

Hoy, el OIJ confirmó lo que el pueblo costarricense temía: Kimberly Araya fue encontrada sin vida en un barranco del Parque Nacional Braulio Carrillo. Hoy nos embarga un profundo dolor, hoy una familia entera y muchos amigos y amigas llorarán la terrible forma en que le apagaron la vida a esta mujer que alguien decidió acabar con sus planes de vida y apagar su luz. Las secuelas para sus hijos y su familia serán para siempre.

La atribución que se tomó la persona que decidió acabar con la vida de esta madre no se justifica, solo podemos intuir que se trató de una persona que pensó que Kimberly era un objeto de su propiedad y por eso podía hacer con ella lo que fuera.

Ahora muchas personas querrán justificar al agresor porque, en sus criterios, la mató porque ella se lo merecía. El machismo es muy atrevido y esta cultura machista, de menosprecio a las mujeres, sus cuerpos, su independencia y su vida solo desgracia conlleva.

Es urgente que como sociedad tengamos visiones más humanistas, porque nadie tiene el poder o la autoridad de quitar a nadie lo más preciado que tenemos: la vida.

Hoy, las autoridades que velan por los derechos humanos de las mujeres, las personas trabajadoras del INAMU y la gran mayoría del puedo de Costa Rica, está de luto, por eso reiteramos nuestro compromiso de lucha, junto a otras instituciones del Sistema Nacional para la Atención y Prevención de la violencia con las mujeres y la violencia intrafamiliar, para continuar luchando a favor de los derechos humanos de las mujeres, para seguir brindando espacios de capacitación, de acompañamiento, para seguir abriendo lugares de resguardo para las mujeres víctimas de violencia de género.

Es sabido que nunca tendremos suficientes policías para colocarlos en cada esquina o en cada casa donde ocurren eventos diariamente de violencia de género; nunca tendremos suficientes cárceles para detener a todas las personas denunciadas, de esas más de 50 mil al año, porque muchos de los casos de denuncia nunca llegan ni a juicio ni a condenas; lo que sí tenemos son espacios de denuncia como lo hemos hecho con la inclusión de los Puntos Violetas en 32 lugares a lo largo y ancho del país, lo que estamos proponiendo con la reestructuración de la institución para tener en vez de una, siete delegaciones de atención de violencia en cada una de las Unidades Regionales; en procesos de transformación de las masculinidades y el cambio cultural a través de la sensibilización con espacios seguros, buenas prácticas y Sello de Igualdad del INAMU que impacta especialmente al sector privado en la erradicación del acoso y la violencia contra las mujeres.

Es a través de la prevención y el cambio hacia modelos de convivencia pacífica y respetuosa de los derechos humanos, así como formando niños y niñas en igualdad que lograremos erradicar este flagelo.  Necesitamos establecer reformas legales para que ante una desaparición de una mujer se activen los protocolos de búsqueda especializada que permita la revisión de comunicaciones e investigaciones especiales, para que en esas horas vitales de intervención logremos salvar más vidas.

El 9-1-1 es la plataforma por excelencia no solo para solicitar apoyo en casos de emergencia sino también para evacuar dudas en materia de violencia, la App del 9-1-1 y el

kit de geolocalización para mujeres en peligro de muerte son algunas de las herramientas que el Estado tiene al servicio de las mujeres.

 

La obligación de toda la población es ser intolerantes frente a cualquier tipo de violencia.