La línea de barrera continua, pintada en carretera, está colocada en cada tramo de carretera con base en criterios técnicos de la Dirección General de la Policía de Tránsito, y su razón está primordialmente vinculada a temas de seguridad vial.
Una cuesta, una curva, ingresos y salidas a la vía principal, desde marginales, son algunas consideraciones objetivas que privan en estas decisiones y no la subjetividad de algunos usuarios que consideran que “no hay razón para no poder adelantar” en cierto lugar.
Así, aunque claramente son más los infractores, el esfuerzo de la Policía de Tránsito ha logrado, con corte a mayo, sancionar a 667 conductores que, por prisa, impaciencia o simple irresponsabilidad hacen estas peligrosas maniobras que pueden terminar en choques frontales, con víctimas inocentes.
Estos infractores se acreditaron una multa de ¢364.000 y acumularon 6 puntos en la licencia, por lo que deberán hacer un curso de reeducación vial, para poder renovar su licencia.
“Muchos accidentes se pueden evitar, solo falta más empatía, sentido común y a veces, con soluciones tan simples como levantarse más temprano. No puede ser el quedarse dormido una justificación para luego abusar de la velocidad y asumir conductas temerarias. La velocidad mata a inocentes, a familiares, a amigos y a nosotros mismos, si no quedamos vivos con lesiones de por vida” analizó Martín Sánchez Agüero, subdirector de la Policía de Tránsito.
En lo que va del año, 84 personas murieron en accidentes vinculados a al exceso de velocidad y, como segunda causa, 58 perdieron la vida por invasión del carril contrario.
