La escazuceña Melisa Gutiérrez denunció por redes sociales que ayer sábado 9 de agosto su hijo fue víctima de la mordedura de un perro pitbull dentro de Multiplaza Escazú.
Así cuenta lo sucedido Melisa: "Sábado 9 de agosto, aproximadamente a las 7:15 p.m., mi familia y yo íbamos caminando por el primer piso de Multiplaza Escazú. Un perro pitbull bajaba por las primeras gradas eléctricas que hubo y, al llegar abajo, sin provocación alguna, mordió a mi hijo Mateo, de solo 7 años.
Mateo es un niño que ama profundamente a los perros. Siempre se acerca a acariciarlos, sonríe cuando los ve. Por eso, verlo correr asustado, con la piel arrancada y la herida expuesta, fue desgarrador. Estaba en shock, no me escuchaba cuando lo llamaba… tuvo que detenerlo otro señor que presenció todo y gracias a él pude alcanzarlo.
Gracias a Dios la herida no fue más grave, pero hoy fue mi hijo y mañana podría ser cualquier otro niño que no corra con la misma suerte. Esto pudo terminar en una tragedia.
Lo más indignante es que, en un centro comercial que se anuncia como “pet friendly”, no existan protocolos claros para emergencias así:
-La ambulancia se llamó únicamente porque yo lo pedí.
-Pasaron más de 15 minutos para hacer la llamada y me dijeron que se atrasó porque estaba atendiendo a otro cliente, pero el personal de la ambulancia me confirmó que su tiempo de reacción fue de 14 minutos… aun así, Mateo recibió atención casi 30 minutos después de la mordida.
-El encargado de seguridad me dijo que no podía hacer nada, que “quien ve esos casos” solo trabaja de lunes a viernes. Que “a esa hora no había nadie que me pudiera responder”.
-No hay póliza que respalde a las víctimas de un ataque así.
-Los dueños del perro se fueron sin asumir ninguna responsabilidad, y según testigos, el animal no llevaba el bozal.
-Salimos del centro comercial más de una hora después del ataque, porque nadie sabía cómo funcionaba la póliza o si había una póliza, no había a quién llamar y no había un procedimiento claro.
-Mientras mi hijo lloraba, sangraba y me miraba sin entender por qué le había pasado eso, no había nadie que respondiera por su seguridad. Fue desesperante.
Ese momento quedó grabado en las cámaras de seguridad, pero el centro comercial se negó a entregarnos las imágenes.
Hoy escribo esto como una advertencia a todas las familias: no podemos confiar en un lugar “pet friendly” si no existen medidas reales para protegernos. Un centro comercial de este calibre no puede permitirse no tener protocolos claros y personal capacitado para actuar.
Mateo, que siempre ha amado a los perros, hoy se fue a dormir con miedo y eso no debería pasarle a ningún niño".