RubenTop Feb 2022

Fabio Garnier Fernández de 35 años de edad, hijo del exdirigente de futbol del mismo nombre, desapareció el 16 de enero de 2002, cuando salía del su lugar de trabajo en Paseo Colón y se dirigía en su auto a su casa, en Rohrmoser.

Los momentos de tensión se agravaron cuando fue hallado su vehículo con las llaves junto a algunos discos y sus zapatos, en un centro comercial ubicado en la localidad de Escazú.

Ese mismo día, la familia recibió una llamada desde el teléfono de Fabio en la que se les exigía Ȼ40 millones por su liberación. Sin embargo, de un momento a otro, los secuestradores nunca más se volvieron a comunicar y ahí comenzó el calvario.

“A primera hora de la mañana me asignan el caso y de inmediato me dirigí a la casa del hermano menor de la víctima y ahí empezamos a recibir la información; mientras que en el OIJ ya se estaba montando un centro de operaciones donde se analizaban todas las pruebas”, recordó en este episodio de Expediente Cero 43, Henrry Madrigal, ex investigador de la Unidad de Negociadores del OIJ.

Los captores nuevamente comenzaron a realizar las llamadas y a comunicarse con Fabio Garnier padre desde un teléfono privado.

Por medio de diferentes acciones policiales, se pudo constatar que alguno de los sospechosos conocía detalles a los que sólo podía tener acceso una persona cercana a la familia.
Pasaban los días y las comunicaciones con los secuestradores nuevamente comenzaron a mermar, lo que indicaba que las posibilidades de que Fabio aún estuviera con vida empezaron a esfumarse.

Galo Rodríguez, investigador del OIJ y quien fue uno de los involucrados en esta investigación, mencionó en el podcast: “nosotros iniciamos las negociaciones con un primer grupo de secuestradores y cuando pedimos las pruebas de vida, ellos ya no tienen argumentos, es en ese momento donde ellos acuden a un negociador sudamericano experto en llamadas extorsivas”.  

Posteriormente, la investigación quedó en un punto inerte y no se obtenían mayores detalles del secuestro de Garnier, hasta que se logró recopilar una prueba que dio una luz a la investigación.  

El 02 de febrero de 2002, los agentes judiciales encontraron en una caseta de teléfono público, un disquete con instrucciones sobre donde dejar el dinero que los delincuentes pedían y cómo era que debía proceder el trueque.

Producto del análisis forense que se le realizó a la evidencia encontrada y al rastreo de las telecomunicaciones, el 24 de mayo de 2023 fue aprendido un individuo de nombre Miguel Alexander Castillo de 29 años de edad y de origen colombiano, como el responsable de realizar las llamadas extorsivas.

Con el tiempo, se logró identificar a otros tres implicados, pero en su momento no se les detuvo debido a los constantes cambios de domicilio de uno de los sospechosos y, además, faltaba recabar una prueba técnica para amarrar bien el caso.

Fue así, como el 02 de noviembre de 2004 fueron detenidos en Pavas, Desamparados y el centro de San José, tres sujetos más, identificados como Frank González Herrera de 23 años, Antonio Zeledón Leal de 33 años y un italiano de apellido Bavone, como sospechosos de participar en el secuestro de Fabio Garnier.

Producto de la investigación, se pudo comprobar que Zeledón era el hermano del mejor amigo de Garnier y que González era vecino de la víctima; mienta que el italiano era el líder del grupo.  

Habían pasado 34 meses desde que desapareció Fabio Garnier y fue hasta el 24 de noviembre de 2004, cuando agentes judiciales localizaron los restos de un cuerpo en una propiedad en Ciudad Colón. Una prueba de ADN confirmó que, en efecto, se trataba de los restos de Fabio Garnier Fernández.