Este domingo 29 es el Día Mundial del Corazón y diferentes entidades hacen un llamado para cuidar este órgano, el cual es afectado por el estrés y la hipertensión arterial, entre otras enfermedades cardiovasculares que siguen encabezando la lista de principales causas de muerte en el mundo.
La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte y complicaciones en todo el mundo. Se estima que las ECV causan aproximadamente 1.8 millones de muertes anuales en la región de las
Américas, ocurriendo la mayoría de estas muertes en países de medianos y bajos ingresos, como son muchos de los países latinoamericanos, con 218 muertes por cada 100,000 habitantes cada año.
En nuestro país la enfermedad cardiovascular cobra en promedio 6 vidas por día, lo cual representa un aumento escalonado en los últimos años, debido en su mayoría a cambios en el estilo de vida del costarricense. En 2019, hubo 52,3 muertes por cada 100 mil habitantes. Las principales causas de muerte en 2022 fueron el infarto agudo de miocardio y la COVID-19 con 2.077 y 1.638 defunciones respectivamente. Como factor de riesgo clave, la Hipertensión Arterial afecta a 37,8% de los adultos entre 30 y 79 años.
Prevención: clave para una buena salud cardiovascular
En este contexto, la prevención juega un rol fundamental. Es esencial fomentar hábitos saludables que contribuyan a mantener una presión arterial estable y a reducir el riesgo de sufrir un evento
cardiovascular. Algunas recomendaciones incluyen:
• Ejercicio regular: actividades físicas como caminar, nadar o practicar yoga ayudan a reducir el
estrés y a mantener una presión arterial saludable.
• Dieta balanceada: consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y baja en sodio es
vital para mantener el corazón sano.
• Manejo del estrés: técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda y la
atención plena pueden ayudar a manejar el estrés cotidiano.
• Control de factores de riesgo: realizar chequeos médicos regulares para monitorear la presión
arterial y otros factores de riesgo es crucial para la prevención de enfermedades cardíacas.
Cuidados tras un Infarto del corazón
Para aquellas personas que han sufrido un infarto del corazón es esencial entender que el cuidado no
termina en el hospital. Es alarmante que la adherencia a los medicamentos de prevención de un
segundo evento es de apenas el 50%.
El riesgo de muerte en estos pacientes, en comparación con la población general permanece
significativamente elevado al menos hasta 7 años después del evento inicial.
La falta de adherencia se ha asociado con peores resultados. Las barreras a la adherencia incluyen
factores relacionados a las características de los pacientes, sus prescriptores, y sus sistemas de
atención de salud. 3
Ciertas características sobre el período posterior al infarto de miocardio — complejidad del
tratamiento, polifarmacia, tratamiento de condiciones asintomáticas, coexistentes enfermedad y
edad—frecuentemente impiden una adecuada prevención secundaria.
Una mayor frecuencia de la complejidad de la dosificación y el tratamiento han sido repetidamente
demostrados como factores que disminuye la adherencia del paciente. 4
La recuperación requiere un enfoque integral que aborde tanto el aspecto físico como el emocional
del paciente en corto y largo plazo. La atención centrada en el paciente debe guiarse por valores
éticos al considerar las necesidades físicas, emocionales y psicológicas del paciente.5
1. En el corto plazo: primeras semanas después del infarto
∙Rehabilitación cardiaca: seguir un programa de rehabilitación cardíaca supervisado por
profesionales de la salud para fortalecer el corazón y mejorar la resistencia física.
∙Medicamentos: continuar el tratamiento sin interrupción. Seguir las indicaciones del
médico respecto a la toma de medicamentos para controlar la presión arterial, el colesterol y
otros factores de riesgo.
∙Cambios en el estilo de vida: implementar cambios inmediatos en la dieta, actividad física
y manejo del estrés, cesación del consumo de tabaco.
2. En el largo plazo: mantenimiento de una salud cardiovascular óptima
∙Seguimiento médico regular: Consultas periódicas con el cardiólogo para evaluar la
evolución del paciente y ajustar el tratamiento si es necesario.
∙Mantener un estilo de vida saludable: Continuar con una alimentación balanceada,
ejercicio regular y evitar hábitos nocivos como fumar y el consumo excesivo de alcohol.
∙Apoyo emocional y psicológico: Contar con apoyo emocional de familiares, amigos o
profesionales para manejar la ansiedad o depresión que pueden surgir después de un infarto.
En este Día Mundial del Corazón, hacemos un llamado a la conciencia sobre la importancia de la
salud cardiovascular. Pequeños cambios en nuestro día a día pueden marcar la diferencia para
mantener un corazón sano y prevenir futuros eventos cardíacos.