El cáncer de mama es el cáncer más común entre las mujeres a nivel mundial, impactando la vida de más de 2.3 millones de pacientes.
En este tipo de cáncer se experimenta un crecimiento descontrolado en las células de los senos y en algunos casos, puede llegar a convertirse en cáncer metastásico, es decir, se extiende a otras partes del cuerpo.
El 90% de las mujeres diagnosticadas se encuentran en etapa temprana del cáncer de mama y una parte importante de estos casos presentan mutaciones en el gen BRCA, es decir, el tumor se desarrolla por causas genéticas (heredadas).
Hay factores de riesgo en el cáncer de mama que son modificables, como el consumo de alcohol, la obesidad, uso de hormonas o nunca haber tenido hijos, pero también, hay otros factores que no se pueden cambiar, como la existencia de mutaciones genéticas, el inicio temprano de etapa de menstruación, aparición de la menopausia en edad avanzada, tratamientos previos con radioterapia o exposición a ciertos medicamentos.
El riesgo de padecer este tipo de cáncer se incrementa con la edad, sin embargo, se ha identificado un aumento significativo de aparición de cáncer en edades tempranas cuya causa principal es el factor hereditario, pues, entre el 5% y 10% de las pacientes tienen antecedentes familiares.
En la región, el cáncer de mama representa el 14.3% del total de casos diagnosticados por cáncer, una cifra que involucra tanto a hombres como mujeres, afectando a estas últimas en su mayoría. A raíz de esto, en el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, la campaña ‘Conocimiento es Poder’, hace un llamado a todas aquellas personas que tienen algún antecedente familiar de cáncer para que se realicen una prueba BRCA.
La prueba consiste en un análisis de sangre que indica el riesgo de desarrollar cáncer y permite salvar millones de vidas, al diagnosticarse en etapa temprana, amplia las posibilidades de establecer las mejores opciones de tratamiento para cada paciente.
Hacer cambios en la vida diaria reduce el riesgo de este tipo de cáncer de mama, sin dejar de lado la relevancia de acudir al médico de confianza e informarse de los exámenes para su diagnóstico, desde ultrasonido mamario, mamografías, resonancia magnética y/o biopsia, donde se verifica el estado del paciente, para luego proceder con exámenes más exhaustivos con el fin de determinar su localización, tipo de cáncer o extensión.
“Las mujeres deben familiarizarse con sus mamas, realizando ocasionalmente un autoexamen, por lo que si se detecta alguna anormalidad se debe acudir inmediatamente al especialista, pues ser diagnosticado en etapa temprana ofrece una alta posibilidad de cura. Como parte de la prevención se debe realizar actividad física, reducir la ingesta de alcohol y mantener un peso saludable14,” mencionó, el Dr. Esteban Coto, director Médico de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe.
Los genes BRCA1 y BRCA2 ayudan a producir proteínas que reparan el ADN dañado, al mutar o alterarse, su producto proteico, no puede repararse, lo que genera un crecimiento celular anormal que puede causar cáncer en edades tempranas. 15,16,17 La tasa de supervivencia para el cáncer de mama ha aumentado y las muertes asociadas a esta enfermedad van en disminución, gracias a una detección más temprana, tratamientos personalizados y un mejor entendimiento de la enfermedad, sin embargo las campañas de concientización y de prevención siguen siendo herramientas claves para informar y accionar a las personas “En AstraZeneca buscamos desafiar y redefinir el paradigma clínico actual sobre cómo se clasifica y trata el cáncer de mama para ofrecer tratamientos aún más efectivos a los pacientes que lo necesitan, con la audaz ambición de eliminar algún día esta enfermedad como causa de muerte,” concluyó el Dr. Coto.