Según cifras mundiales, hasta un 70% de los pacientes en etapas tempranas o localizadas del tumor, tienen la posibilidad de sobrevivir 5 años o más; sin embargo, aproximadamente, el 75% de los pacientes son diagnosticados en estadíos avanzados reduciendo sus posibilidades de supervivencia. Por lo tanto, uno de los principales desafíos en la atención del cáncer de pulmón continúa siendo la detección temprana.
Según la Organización Mundial de la Salud la detección temprana tiene dos componentes: prevención y diagnóstico temprano. En este contexto, uno de los principales actores son los primeros niveles de atención, ya que se convierten en el punto inicial de contacto de los pacientes, quienes acuden al presentar síntomas; esto deja en evidencia la importancia de contar con un personal médico capacitado para discernir sobre lo que siente la persona en el momento de la consulta más su historial clínico.
Los médicos que atienden en este nivel deben estar alertas a síntomas con fatiga, pérdida de peso, tos crónica y dificultad respiratoria, además de antecedentes como fumado e historial de cáncer en el núcleo familiar y familiares. “Con estas bases, hay suficiente evidencia para sospechar de cáncer de pulmón, esto no quiere decir que el paciente sea diagnosticado con la enfermedad, pero contribuye al diagnóstico temprano. En el caso del cáncer de pulmón existen muchas terapias innovadoras que pueden mejorar su vida e incluso salvarla”, explica el Dr. Carlos López Otín, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Oviedo (España) y reconocido en la comunidad científica mundial por su trabajo en cáncer.
De acuerdo con el Dr. López Otín, la clave de la medicina en general está en los primeros niveles de atención, porque son la puerta de entrada al sistema de salud y los médicos son quienes acompañan a la persona en su transitar por el mismo, principalmente cuando estas se vuelven pacientes.
Para que esto pueda ser una realidad, el país debe afrontar desafíos que incluye a diferentes actores del ecosistema sanitario, de los cuales se necesita un compromiso para la formulación de políticas públicas que impulsen la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno, entre ellos:
· Construir conocimiento en la población en general alrededor del cáncer de pulmón, debido a que muchas personas confunden los síntomas iniciales con otros padecimientos, lo que limita su asistencia a los centros de atención.
· Desmitificar que el fumado es el único factor de riesgo para padecer cáncer de pulmón. Si bien es uno de los principales, no es el único.
· Trabajar en la capacitación del personal médico de primer nivel de atención, para un abordaje y acompañamiento más detallado ante la consulta de pacientes que presenten síntomas asociados al cáncer de pulmón, con el fin de diagnosticar los casos de forma temprana.
· Dotar de herramientas tecnológicas a la red del sistema de salud, para que las personas de zonas alejadas también accedan a exámenes y tratamientos, logrando reducir los tiempos de diagnóstico en cáncer de pulmón y generando evidencia.
· Crear equipos multidisciplinarios que trabajen en el tamizaje de la enfermedad, con la protocolización y abordaje de la misma en todo el sistema sanitario.
“El país tiene desafíos por delante en el abordaje del cáncer de pulmón; sin embargo, la clave está en la educación que se le da a la población sobre las enfermedades en general, no sólo en relación a este tipo específico de cáncer. Las personas deben acudir a control médico cuando su salud se vea afectada, este paso es determinante para un diagnóstico temprano. Así como la medicina ha evolucionado, necesitamos innovar en la atención del paciente e incluso a nivel del sistema”, amplió el Dr. Warner Alpízar, profesor e investigador en biología del cáncer de la Universidad de Costa Rica.
A estas conclusiones llegaron expertos de la comunidad médica, Universidad de Costa Rica, organizaciones de pacientes y la farmacéutica Roche, en el Foro “Por unos cuidados más justos para los pacientes de cáncer de pulmón: una ruta hacia la atención personalizada como prioridad para el sistema de salud”, realizado en días pasados en la UCR.
El Foro sirvió de escenario para el compromiso público de los actores por formar una mesa de trabajo que impulse la equidad para estos pacientes, tanto a nivel de conciencia sobre la enfermedad como en acciones que promuevan un mayor acceso al diagnóstico temprano. En este sentido, impulsado por la UCR, los participantes mostraron su interés en avanzar sobre los desafíos y oportunidades que se conversaron, para pasar a la acción y sumar esfuerzos para salvar vidas, como concluyó el Dr. Alpízar.
Generación de evidencia
Aparte de ser los primeros captadores de pacientes, los primeros niveles de atención se vuelven generadores de datos, partiendo del historial clínico, antecedentes personales y familiares, y la información recolectada en la consulta médica. Esta es la base para orientar la atención en salud de cada paciente, de acuerdo a sus necesidades, y así personalizar su abordaje.
En la búsqueda de esa visión integral, la medicina personalizada se posiciona como elemento clave al diferenciar primero a la persona, antes que al paciente con cáncer. En este nuevo enfoque se busca integrar la mayor cantidad de información de la persona como su tipo de cáncer y estadío, antecedentes familiares, comorbilidades, valoraciones previas, tratamientos anteriores, y cualquier otro dato clínico que mejore los vacíos en el proceso de atención, seguimiento y monitoreo del paciente, para mejorar su calidad vida.
“La atención en salud se está transformando al colocar al paciente en el centro de toda decisión concerniente a su salud. Esta evolución en la medicina ha permitido a la comunidad médica comprender, detectar y diagnosticar enfermedades a nivel molecular y definir las mejores soluciones terapéuticas de acuerdo a cada necesidad. Bajo este nuevo paradigma es que los ecosistemas sanitarios están trabajando con la finalidad de brindar un cuidado integral, personalizado y humanizado a las personas”, comentó Tanya Lobo, gerente Médica de Foundation Medicine.
En el objetivo de integrar la medicina personalizada en la atención sanitaria, cabe destacar que también se busca poner al servicio del ecosistema el conocimiento científico, la ciencia de datos, la innovación tecnológica y cualquier modelo basado en valor que lleve la innovación a los pacientes en el menor tiempo posible. Además, permite a los sistemas de salud hacer un uso más eficiente de los recursos, una mejor gestión de riesgos y planes de atención específicos.
Cáncer de pulmón: letal y silencioso
Para el 75% de los pacientes que son diagnosticados en estadíos avanzados su manejo de la enfermedad es complicado, porque se detectan patologías asociadas y se reducen sus posibilidades a soluciones terapéuticas que mejoren su calidad de vida sin esperanzas de sobrevivida.
En un estudio realizado en Latinoamérica denominado “Cáncer de Pulmón en América Latina: es hora de dejar de mirar hacia otro lado” se determinó que el principal desafío es que la mayoría de los pacientes no son diagnosticados hasta que la enfermedad está en una etapa avanzada cuando el pronóstico es más reservado. Además, se concluyó que las opciones de tratamiento deben seleccionarse y adaptarse constantemente de acuerdo con el perfil histológico y molecular del tumor. Existe una necesidad de contar con la mejor prueba diagnóstica que permita detectar un amplio espectro de alteraciones para las que pueda existir un accionable a nivel terapéutico.
Cada país cuenta con diferentes vías de diagnóstico y tratamiento, lo que produce diferentes resultados y tasas de supervivencia. En 2020, en Costa Rica se registraron 408 nuevos casos y 374 muertes, según el Observatorio Global de Cáncer (Globocan, por sus siglas en inglés). Se proyecta que para el 2040 aproximadamente 824 personas serán diagnosticadas con cáncer de pulmón en el país[6], de acuerdo con datos de Globocan