Al cabo de 244 días, en promedio se hace una boleta por estacionamiento indebido cada 20 minutos, con corte al pasado mes de agosto.
Así, ya son 16.735 las sanciones de ¢61.000 por estacionar en sitios prohibidos, lo que convierte a esta conducta en la segunda más sancionada en carretera, solo superada por las 30.979 infracciones por incumplir las prohibiciones de circulación, la cual también implica la misma sanción de ¢61.000 y en apego al artículo 122 de la Ley de Tránsito.
Estacionar en las aceras “para no estorbar a los carros”, en detrimento de los peatones es una típica en carretera, de igual manera es ilegal hacerlo en línea de borde amarillo o donde hay una señal vertical que lo prohíbe, la excusa es que “era solo un momentito”, acotó Oswaldo Miranda Víquez, director de la Policía de Tránsito.
El funcionario recordó que es ilegal estacionar a menos de 10 metros de un cruce vial, en zona urbana, o a menos de 5 metros de un hidrante, de una rampa para personas con discapacidad o de un paso peatonal; esos metros de separación da visibilidad al conductor o al peatón, según el caso, agregó.
En curvas, en lo alto de una pendiente o frente a concheras son otros ejemplos, más cuando es la cochera de un servicio de emergencia, conducta que ya se ha visto en carretera. “El principal problema con el estacionamiento indebido es que, en muchos casos, obedece al egoísmo y a la conveniencia, más que a desconocimiento. Las personas quieren ir en carro o moto de negocio en negocio, cada cuadra o cada 50 metros en los centros urbanos, para hacer sus compras.
Quieren un parqueo justo al frente de la tienda o del banco que van a visitar; no están dispuestos a estacionar en zona legal a los 300 metros y caminar y tampoco les importa mucho lo que afecten a otros, en cuenta personas con discapacidad, adultos mayores o niños.
Una motocicleta, por ejemplo, en la acera, puede caerle a un niño o el niño puede tocar la mufla caliente, por curiosidad”, amplió el funcionario.
Finalmente, el estacionamiento indebido impacta negativamente sobre la circulación vial, reduce el espacio de tránsito, una de las situaciones por las que más se quejan justamente los conductores, pero las generan ellos mismos estacionando al antojo, en cualquier lugar.
Asimismo, recriminan que hay muy pocos espacios para estacionar en vía pública, pero se debe comprender que las carreteras tienen como fin prioritario el deslazamiento entre puntos, finalizó Miranda.