Entender los riesgos y atenderlos para proteger los activos de la empresa es una de las prioridades que tienen decenas de organizaciones, comercios e instituciones para resguardar los bienes y patrimonio ante el aumento de la delincuencia en varias zonas de Costa Rica.
En primer lugar, es crucial tener claro el giro de negocio en la que se basa la actividad comercial en la que se desenvuelve la empresa. Este giro de negocio puede ser que se realice en establecimientos o involucre trabajo de campo con desplazamiento de personal, salida de activos, incluyendo vehículos para la operación diaria.
Fernando Gamboa, Criminólogo y experto en Seguridad de Grupo Eulen en Costa Rica, recomienda iniciar con una valoración de las amenazas o peligros que pueden perjudicar la integridad de los trabajadores, de la estructura física la empresa y a su operación. Luego, se analizan los potenciales riesgos implícitos en el entorno por omisión o acción podrían llevar a la materialización de un hecho delictivo.
Según Gamboa, las empresas y sus responsables de seguridad deben implementar una Estrategia Integral que aborde de igual manera la seguridad física, servicios de monitoreo, y ciberseguridad. “Para los expertos de seguridad es importante hacer una revisión exhaustiva basada en datos para lograr identificar estos riesgos, estos riesgos se evalúan para poder tomar medidas, algunas de ellas paliativas o transitorias. Lo más importantes es hacer un análisis adecuado de la causa raíz para lograr establecer e implementar medidas para extraer o eliminar el problema y estar más seguros en nuestras empresas”.
Incluso, una de las medidas que no puede omitirse es evaluar el perfil de las personas que se contrata, para determinar la existencia de intereses delictivos.
Cuando se evalúan los riegos y se definen los objetivos de seguridad, se debe desarrollar una hoja de ruta de la mano de expertos. Luego, se debe asignar presupuesto para corregir aquellos riesgos más urgentes que representan una amenaza latente y en el corto tiempo, aplicar las acciones correctivas de menor gravedad, como por ejemplo una de las medidas que no puede omitirse es evaluar el perfil de las personas que se contrata, para determinar la existencia de intereses delictivos.
“Una Estrategia de Seguridad que incluya la mayor cantidad de puntos críticos y acciones de atención que permita cuidar sus activos, datos o finanzas y que estos no se vean comprometidos ante una potencial violación de seguridad es lo que se busca con una adecuada evaluación de riesgos, y así lograr una respuesta adecuada en el manejo de la crisis”, mencionó Gamboa.
Existen cuatro formas de abordar un riesgo: eliminarlo por completo de la organización, transferirlo (mediante una aseguradora), asumirlo y la cuarta forma es tratarlo. Este último implica una atención más profunda con acciones que realmente respondan a prevenir riesgos a futuro, y entender las amenazas colaterales que pueden afectar la empresa.
Organismos en el país, como la Cámara de Comercio han dado aviso que cada año, al menos 30% de los comercios sufre algún tipo de violación a su seguridad y por ende afecta la operación y la economía de los comerciantes y empresarios. Es aquí donde radica la importancia de invertir en seguridad e identificar los nuevos riesgos y amenazas, así como evaluar periódicamente los planes de seguridad y recursos destinados para tal fin.